La apología y sus consecuencias
Fidencio Treviño Maldonado.
--¿ Y ya pensastes que quieres ser cuando seas grande ..?
--Pues que otra cosa tío, bien chingón como mi apá.
Película "El Infierno" |
En sus ratos de ocio y sin quehacer a nuestras ínclitas, probas y cultas autoridades y jefes de la colmena nacional se les vienen a sus cerebros grandes ideotas, tales como ver y descubrir que la violencia es entre otras cosas, causas, motivos, razones y efectos de los narco/corridos y según ellos son una apología de la violencia que se vive en el país y por lo tanto hay que prohibirlos.
Hace casi setenta años, Oscar Lewis( N. York 1914/1970) escribe un tratado de la miseria en México " Antropología de la pobreza " libro que fue prohibido en México por contener calumnias obscenas y, fue hasta por los años sesentas, cuando este mismo autor editó otro, llamado "Los hijos de Sánchez", prohibido también porque era una completa apología y el vivo retrato de la miseria en que el país estaba (y aun sigue) sumido.
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Los sicólogos, antropólogos, psiquiatras y muchas más gentes estudiosas del tema coninciden en que los que escuchan, cantan y que les gustan los narco-corridos están muy cerca de ser violentos y desde luego narcos, por aquello de que la apología es cuando alguien alienta, apoya, alaba y hasta defiende y le canta lores a los narcos, inclusive los justifica y hasta glorifica. Sin embargo en los años setentas, cuando la señora, Margarita López Portillo, hermana del entonces presidente de México, J. López Portillo le dio cabida a aquellas películas que aun pasan en la televisión por paga entre prostitutas, cabareteras, cinturitas, leoninos, golpeadores de mujeres, violadores, ridiculizando a los homosexuales, ¿Fue y siguen siendo estas películas una apología a la prostitución y el vicio?
Y llegan los hermanos Almada, con aquellas películas en donde la droga, carros y camionetas arregladas, el crimen, las balas inacabables de sus pistolas y metrallas dejaban un regero de muertos y coches chatarra, aunado a esto, películas violentas y sangrientas como Rambo, Chuk Norris, Depredador, etc. entre otros churros norteamericanos en donde al mismo vietnamita lo matan hasta 10 ocasiones en la misma película o escena. ¿ No fueron o son apología a la violencia?, sin descartar las carreras callejeras de autos y sus tiroteos en plena ciudad o asaltos, gambas, bandas y gánsters, con kilos de droga metiéndose por la nariz, entre otras cosas. De esas y otros ejemplos hasta glorificados y con énfasis panegírico nos retrata la televisión a cada minuto siempre envueltos en un oropel de apología. Las novelitas color de rosa, en donde se tiene que ser pobre para casarse con un rico.
Sin embargo al menos en nuestro país no se ha desterrado la apología, el tatuaje impreso, el modelo copiado millones de veces, los exhibidores de indolencias de ocultas figuras que día a día hacen miles de nuestros representantes: La corrupción. La verdadera apología que va, viene, llega y se queda, sin miedo ni acato a ninguna ley, capaces de caminar en aguas revueltas, incluso engañar al mismo sol al cambiar su sombra y cuya consecuencia esta tangible en la telaraña de pobreza y miseria de millones de habitantes, en donde el camino se cerró en círculo, condenados por siempre a descoserse y cavando plegarias y tratar de remendarse con una esperanza cebadora de esta aun vasta nación, vasta en recursos y llena de corrupción, como una triste apología que como psicofonías se escuchan cacofonías de risas sarcásticas en los cientos de recintos y pasillos de los palacios virreynales en que vive nuestra bien pagada Casta Divina, llevando a cabo la apología de la corrupción y sus nefastas consecuencias a todo el territorio nacional, una apología en la que no cientos , sino miles de seguidores quieren alcanzarla, glorificando, magnificando, alabándolo, justificándola e inclusive defendiéndola de su hierros y de la estela de destrucción que deja a su paso.
El hombre por naturaleza, dicen también muchos estudiosos del tema, que parte de su vida es puro onirismo, es decir el clásico soñador despierto y en esos sueños gibados paren pensamientos ocultos y le dan nacimiento a una apología basada en lo que se ve con muchos de nuestros gobernantes, la mala leche, llevándose en las patas y en los bolsillos a la pobre gente, el engaratusar a las masas con crueldades, maldades y amarguras y como consecuencia la miseria de un pueblo, sumido en apologías que van desde lo violento, social y lo religioso. Si a todo esto esto le agregamos nuestra indolencia, dejadez, impartición de justicia injusta, el analfabetismo social, la ingobernabilidad entre otras cosas encontramos lo que ahora estamos viviendo: Una apología al desastre nacional...
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